Técnica fotográfica básica
 
Inicio Cámaras Nikon Objetivos Nikkor Accesorios
 
Cámaras...de película Historia Cámaras míticas Curso básico
Leslie Lawson (Twiggy, 1966). Icono de la moda de los sesenta
 
Apuntes útiles para fotografía analógica o digital
Podría ser que a usted le llamara la atención la fotografía, pero se hace un lío con el funcionamiento de las cámaras fotográficas. Por ello, hace tiempo decidió utilizar cámaras compactas. Unas fotografías salen bien y otras salen mal, pero se ha acostumbrado a ello y cuando algún amigo o familiar muestra sus magníficas imágenes, siempre queda aquello de: "...es que la cámara de fulanito es mucho mejor que la mía". No se engañe, todas las cámaras hacen buenas fotografías si se saben manejar. Usted ha sido muy conformista, pero eso no tiene que ser siempre.

Esto no es un curso de fotografía, solo pretende ofrecer unos apuntes del funcionamiento básico de la fotografía. Algunos términos utilizados en esta sección pueden no ser totalmente exactos, pero pensamos que si pueden ser más didácticos. Como esta es una página de coleccionismo, tomaremos una cámara analógica como ejemplo, aunque el funcionamiento básico es exactamente igual en una cámara digital.

 
Parte I. Cómo funciona la cámara fotográfica

Parte II. La técnica fotográfica básica

2.1. Sensibilidad de la película

2.2. Velocidad de obturación

2.3. Apertura del diafragma

2.4. Uso del flash para relleno de sombras

Parte III. ¿Qué equipo necesito?

3.1. La cámara profesional y la amateur: funciones parecidas por precios diferentes

3.2. ¿Cúal es la diferencia entre los objetivos caros y los baratos?

3.3. ¿Objetivos zoom o de focal fija?

 
Parte I. Cómo funciona la cámara fotográfica
A título introductorio conviene recordar el funcionamiento de la cámara fotográfica que básicamente es el mismo en un modelo analógico que en otro digital. Observe la Figura 1a. La luz exterior entra por el objetivo y atraviesa el diafragma (1) que es un dispositivo que se abre o se cierra, permitiéndo que entre más o menos luz al interior de la cámara. Cuando acoplamos el objetivo a la cámara, el diafragma se abre automáticamente, permitiendo que entre el máximo de luz que deja pasar el objetivo. De esta forma veremos una imagen clara y brillante. En el objetivo se formará la imagen que estamos enfocando, pero estará invertida vertical y horizontalmente. La imagen formada en el objetivo sigue su recorrido hasta el espejo (2) donde se refleja y se invierte horizontalmente. Después atraviesa la pantalla de enfoque (3), donde se le superpone la ventana que lleva las lecturas del fotómetro de la cámara, el diafragma seleccionado, etc. Esa imagen llega hasta el pentaprisma (4), donde se producen varias reflexiones que tienen como objetivo invertir la imagen verticalmente y permitir que salga por el ocular (5), tal y como es en realidad.

La Figura 1a y 1b muestran un corte en sección (cutaway) de una Nikon F2 (1971), aunque hemos modificado algún elemento para que la imagen sea más clara (esperamos que sea así). El pentaprisma (4) se aloja en el visor de la cámara (la cabeza de la cámara). Alrededor del pentaprisma se observan varios mecanismos que corresponden a la célula sensible del fotómetro, alojada también en el visor. Por esta razón, algunos de los visores antiguos tenían un tamaño considerable, en relación a los modelos actuales. Detrás del espejo (2) se localizan las cortinillas del obturador (6). Según los modelos de cámara, estas cortinillas se abren y cierran horizontal o verticalmente cuando apretamos el botón de disparo y de esa manera la imagen formada en el objetivo llega hasta la película o el sensor digital (7), que está detrás del obturador. Las cámaras fabricadas a partir de mediados de los 70 alojan el mecanismo del fotómetro debajo del espejo. En Kenrockwell puede ver un corte de una Nikon D3 digital. Observe como el visor de la cámara es más secillo. El mecanismo del fotómetro está bajo el espejo.

Figura 1a. Reflexión de la luz con el espejo en posición normal Figura 1b. Dirección de la luz durante el disparo de la cámara
 
Una vez decidido que vamos a fotografiar, pulsamos el disparador de la cámara y sucede que el diafragma (1) se cierra hasta la apertura que hayamos indicado, el espejo (2) se levanta y la cortinilla del obturador (6) también. De esta forma, la imagen formada en el objetivo pasa directamente a la película fotográfica o al sensor digital (7), según el tipo de cámara que estamos utilizando. Cuando soltamos el botón de disparo, todo este mecanismo vuelve a su posición normal. Todo esto sucederá con la velocidad de obturación que hayamos indicado. Por ejemplo, si elegimos 1/1000s significa que el diafragma se cierra y vuelve a abrirse durante una milésima de segundo, el espejo sube y vuelve a bajar durante esa misma milésima de segundo. El obturador se abrirá y cerrará durante el mismo tiempo.
 
Parte II. La técnica fotográfica básica
Las cámaras fotográficas son como los coches. Para manejar un coche necesitas controlar el freno, el embrague y el acelerador. Luego tenemos coches con más o menos accesorios, pero si sabes conducir un modelo de coche, "teóricamente" puedes conducir cualquier otro modelo. Con la cámara fotográfica sucede algo similar. Debes aprender a controlar la apertura del diafragma, la velocidad de obturación y la sensibilidad de la película (en los modelos analógicos) o del sensor (en los digitales).

En resumen, todo el proceso trata de seleccionar la mejor combinación de diafragma y velocidad de obturación para una fotografía. Por ejemplo, en condiciones buenas de luz (sol brillante, sin nubes), la combinación digamos estandar, en el sur de la península ibérica, podría ser 1/125 a f/11, para una ASA 100. Todos los visores de las cámaras fotográficas (que lleven fotómetro incorporado) disponen de algún tipo de ventana que nos indicará si esa combinación es correcta o no. Las más antiguas llevan un sistema de aguja (ver Nikon F Photomic T) y las más modernas leds (Nikon FG) o incluso numeración digital (Nikon FA). El proceso puede ser tan simple y rápido como dejar una velocidad fija y jugar con el diafragma, hasta que el indicador de la cámara indique que la exposición es correcta. Con un poco de práctica, este sistema es muy rápido y conforme vayamos haciéndonos con el control de la exposición, irá descubriendo que es mucho más fiable que los programas integrados en las cámaras más modernas.

Si abrimos el diafragma un punto, entrará el doble de luz a la película (o al sensor digital), así que también tendremos que aumentar la velocidad un punto, que es el doble de la velocidad anterior. Para una misma escena tendríamos varias posibilidades:

Velocidad 15 30 60 125 250 500 1000 2000 4000
Diafragma 32 22 16 11 8 5.6 4 2.8 2

La cuestión ahora es determinar si nos da igual utilizar una combinación cualquiera o interesa seleccionar aquella que mejor funcione con las características de la escena a fotografiar. Veámoslo por pasos:

 

2.1. Sensibilidad de la película

Antes de tomar fotografías habrá que poner un carrete a la cámara. Si no decimos nada, el dependiente de la tienda de fotografía nos dará un carrete de 100 ASA, que es la sensibilidad estándar. Las siglas ASA proceden de la abreviación de American Standard Asociation. Se trata de norma de estandarización de productos, al igual que las ISO actuales. La película fotográfica es una lámina de plástico recubierta con una gelatina, donde se disuelve una sal de plata. En una película con ASA pequeña (por ejemplo 25, 50 o 64) el tamaño del grano de la sal de plata es muy pequeño, hay una cantidad enorme de granos y por ello la fotografía tendrá mucha definición. Sin embargo, se necesita más tiempo para captar la luz ambiente, porque hay muchos granos que estimular y son pequeños. En consecuencia, deberemos trabajar en lugares bien iluminados o con trípode.

   
Figura 2a. Sensibilidad ASA 100 Figura 2b. Sensibilidad ASA 6400
   
Si la ASA es grande (por ejemplo 800, 1600, 3200, etc.), la película tiene menos granos porque son más grandes. Esto significa que las partículas de plata se estimularan más rápidamente, pero ese tamaño de grano será visible en la fotografía. Podremos trabajar en lugares con poca luz, pero la imagen será menos nítida. El grano empezará a notarse a partir de 400 ASA, siendo claro a 800 y 1600 ASA. A partir de esta sensibilidad, el efecto del grano reduce mucho la calidad de la fotografía. No es recomendable utilizar estas últimas películas, a menos que se se trate de trabajos especiales que así lo requieran.

Los fotógrafos de publicidad, modas, etc. trabajaban siempre con películas de poca sensibilidad para obtener imágenes de alta definición. Eran muy famosas diapositivas Kodachrome 25 y 64 de Kodak y más tarde la Velvia 50 de Fuji. Por el contrario, los reporteros gráficos trabajaban frecuentemente con películas muy sensibles porque lo importante era obtener la imagen de la noticia, aunque no fuera de gran calidad. Las películas sensibles se han utilizado también para crear ambientes subrealistas en paisajes y retratos.

2.2. Velocidad de obturación

La velocidad de obturación es la velocidad con la que se abre y cierra el obturador de la cámara. MIentras el obturador esté abierto, le estará entrando luz a la película. En el dial de velocidades de obturación podemos ver cifras como 1000, 500, etc. que corresponde a velocidades de 1/1000 segundos, 1/500s, etc. Interesa utilizar una velocidad alta cuando queramos paralizar una imagen. Por ejemplo, en eventos deportivos como baloncesto, fútbol, etc., se pretende obtener imágenes nítidas de los jugadores. Para conseguir esas imágenes, necesitaremos una velocidad alta , de al menos 1/500. Para todo ello, deberemos poner una película sensible, abrir el diafragma a tope (ver la siguiente sección) o hacer ambas cosas.

 
Figura 3a. Velocidad de exposición 1/500s Figura 3b. Velocidad de exposición 1''
 
Aunque el objeto que estemos fotografiando no se mueva, nuestro pulso puede hacer que una fotografía salga movida, si la velocidad de obturación es demasiado baja. Hay una regla antigua que funciona muy bien para calcular a que velocidad, como mínimo, hay que disparar para que la imagen salga nítida. Esa velocidad debe ser como mínimo igual a la focal del objetivo que estemos utilizando en ese momento. Por ejemplo, si estamos tomando fotografías con un objetivo angular de 28mm, bastaría una velocidad de 1/28 para obtener una imagen nítida. Como no hay velocidades de 1/28 en estas cámaras, nuestro límite estaría en digamos 1/30. Si utilizamos un objetivo de 135mm, deberíamos utilizar 1/250, ya que 1/125 se queda por debajo, y así sucesivamente.

Cuando pretendemos dar dinamismo a una escena, interesa utilizar velocidades lentas. La imagen superior muestra el curso de agua de un arroyo. Una velocidad de obturación alta habría "congelado" el agua. Esta opción tampoco está mal, pero una velocidad lenta aporta más dinamismo a la escena: el agua corre arroyo abajo. No obstante, en este tipo de fotografías conviene que el resto de elementos salgan nítidos, y por ello es fundamental el uso del trípode. Hay otras muchas escenas en las que convienel utilizar velocidades lentas, como gente caminando por una ciudad. Una velocidad alta paralizaría a las personas y la escena quedaría como si hubiéramos utilizado maniquíes. No olvide utilizar trípode y mantener nítidos los elementos que realmente sean estáticos (edificios, etc.).

2.3. Apertura del diafragma

El diafragma está formado por finas láminas metálicas que se cierran o se abren, permitiendo que entre más o menos luz a través del objetivo. En condiciones de buena iluminación (sol), si se abre mucho el diafragma, entrará mucha luz y la película se expondrá en muy poco tiempo, por ello deberemos utilizar una velocidad de obturación altas. En caso contrario la fotografía saldrá sobreexpuesta, muy blanca o "quemada", como se dice en el argot fotográfico. Si por el contrario cerramos el diafragma, entrará menos luz y deberemos utilizar una velocidad más lenta para dar tiempo a que la película se exponga correctamente.

Luego, la primera función del diafragma es permitir que entre más o menos luz, de forma que podamos ajustar la velocidad de obturación, según nuestros requerimientos. Por ejemplo, para realizar la toma del agua corriendo por el arroyo (Figura 3b) tuvimos que cerrar el diafragma al máximo (f/22) y esperar el atardecer. Todo ello para conseguir una velocidad de 1".

   
Figura 4a. Diafragma f/16 Figura 4b. Diafragma f/4
   

La segunda función importante del diafragma consiste en controlar la profundidad de campo. La profundidad de campo es la superficie que queda enfocada, delante y detrás del sujeto principal. En la Figura 3a enfocamos a nuestra colaboradora y seleccionamos un diafragma cerrado (f/16). En la Figura 3b realizamos la misma toma, pero con un diafragma abierto hasta f/4. La profundidad de campo aumenta conforme cerramos el diafragma. Observe que en el primer caso, las pitas que hay detrás de la modelo se muestran relativamente nítidas. Si hubieran estado algo más cerca, habrían salido perfectamente enfocadas. En la segunda imagen, las pitas han quedado completamente fuera de foco. En este último caso, la profundidad de campo se utiliza para resaltar al sujeto principal de la fotografía. En la primera imagen, la modelo se pierde un poco entre las pitas que tiene detrás, mientras que en la segunda toma todo el protagonismo de la escena.

La imagen que observaremos por el ocular de la cámara corresponderá a la Figura 3b, porque la cámara mantiene abierto el diafragma mientras enfocamos. En consecuencia, ¿cómo sabremos que quedará enfocado y que no?. Hay dos posibilidades. Los objetivos antiguos llevan unas rayitas que ayudan a estimar la profundidad de campo con cada diafragma. En la Figura 4 se observa un objetivo que ha sido enfocado a 10m de distancia.

Hemos trazado un cuadro verde translúcido en la imagen de la izquierda, para indicar la distancia quedaría enfocada para un diafragma f/4. El 4 está pintado de color verde en el anillo de diafragmas y por eso sus rayitas correspondientes también son de color verde. Con ese diafragma quedaría enfocado todo lo que hubiese a unos 2 metros por delante y por detrás del enfoque a 10m. Si cerramos el diafragma hasta 8 (centro), la profundidad de campo aumenta. Ahora quedaría enfocado cualquier objeto que esté entre 5 metros de distancia y el infinito. Con diafragma f/16 (derecha) mantendríamos el foco desde los 3.5-4 metros hasta el infinito. Esta última combinación es ideal para paisajes o macrofotografía.

 
Figura 4. Profundidad de campo
 

La segunda opción consiste en comprobar directamente la profundidad de campo, a través del visor de la cámara. Para ello, necesitaremos una cámara de gama profesional, porque son las únicas que disponen del dispositivo que andamos buscando: el botón de previsualización de la profundidad de campo. Este botón suele localizarse a la derecha de la montura del objetivo, tal como se coge la cámara. Consulte el manual de su cámara. Al apretar el botón, el dispositivo cierra el diafragma. Observaremos que la imagen se va oscureciendo conforme cerramos el diafragma, pero podremos distinguir que queda enfocado y que queda fuera de foco. El control de la profundidad de campo es fundamental en campos como la fotografía macro, la fotografía con teleobjetivos y el retrato.

2.4. Uso del flash para relleno de sombras
Muchos usuarios piensan que el flash se utiliza para iluminar objetos de noche, pero este es un error que algunas veces nos lleva a obtener fotografías demasiado contrastadas. Posiblemente hayamos visto alguna vez una fotografía tomada en la playa o en la nieve, donde los sujetos tienen la mitad de la cara iluminada por el sol y la otra mitad muy oscura o negra. Tampoco es necesario ir a la playa o a la montaña para obtener este efecto. Aunque muchas veces queremos tomar la fotografía con el sol de espaldas, frecuentemente el personal se queja de la luz y tienden a cerrar los ojos. Entonces tomamos la fotografía con el sol de lado y, ...obtenemos el mismo resultado.
Figura 5a. Imagen con luz lateral Figura 5b. Imagen con relleno de flash
Para evitar este problema no dude en utilizar el flash en cualquier momento que observe sombras duras, tanto en objetos como en personas. La cámaras digitales suelen llevar un flash integrado, que es poco potente. A pleno día puede utilizar un diafragma cerrado (por ejemplo f/8 o f/11). Sin embargo, si está nublado a anocheciendo, procure utilizar un diafragma abierto (por ejemplo f/4 o f/5.6) para que el efecto se note. Un diafragma más cerrado necesitará más potencia para iluminar al sujeto y es posible que el flash de su cámara no alcance esa potencia necesaria.
 
Parte III. ¿Qué equipo necesito?

3.1. La cámara profesional y la amateur: funciones parecidas por precios diferentes

Después de conocer las funciones de una cámara profesional y otra amateur nos preguntaremos que diferencia puede haber entre ambas para que una cueste 500 euros y la otra 5000.

Siempre se ha dicho que lo importante es lo de dentro y, al menos en este mundo de la fotografía, es así. Una cámara profesional está construida con materiales muy resistentes (aleaciones metálicas, plásticos de alta durabilidad, etc.). La cadena de montaje de estas cámaras dispone de un control manual de la calidad donde cada unidad es revisada para asegurar su correcto funcionamiento. En resumen se trata de una cámara que puede aguantar varios cientos de disparos diarios, además de un trato que puede ser muy duro: piense en los reporteros de guerra (golpes, caidas al suelo...)

Una cámara amateur está construida con materiales plásticos de peor calidad. Que tenga funciones similares a la profesional es lo menos, porque estas funciones van en chips. La cuestión es como van protegidos estos chips y el nivel de calidad de sus componentes. Si una cámara amateur fuera sometida al mismo trato que una profesional, posiblemente fallaría en solo unas semanas. Por ejemplo, la nueva Nikon D4 digital está garantizada para 400.000 disparos, mientras que una de gama media suele tener una garantía de 150.000 disparos y una de gama baja unos 100.000.

En la fotografía analógica, el cuerpo de la cámara es un elemento importante cuando se trata de un uso profesional. Los profesionales necesitan cámaras fiables, que además dispongan de múltiples accesorios. Por ejemplo, los visores intercambiables son fundamentales en la fotografía deportiva o de naturaleza. Algunas pantallas de enfoque son esenciales para la fotografía médica o arquitectónica. El motor de arrastre es necesario para la fotografía de prensa. En la fotografáia de estudio es preciso disponer de un obturador fiable. Si quiero disparar a 1/000, es fundamental que el obturador dispare exactamente a una milésima de segundo, porque en caso contrario, la imagen saldrá mal expuesta.

En general, los obturadores de las cámaras de nivel medio suelen funcionar muy bien, incluso con el paso de los años. No obstante, si adquiere una cámara con obturador mecánico, con más de 10 años de antigüedad, conviene que un técnico revise las velocidades de obturación porque podrían estar desviadas.

Si usted va a destinar la cámara a un uso general, posiblemente no necesite un cuerpo de cámara muy caro. Recuerde que en la fotografía analógica, la luz atraviesa el objetivo y va a la película (Figura 1b). El cuerpo de la cámara es el soporte del obturador y de la película. Luego los elementos más importantes son: objetivo y película. Si tiene una cámara barata y una buena óptica podrá obtener imágenes de gran calidad. Por ello, con cámaras de película es más interesante invertir en buenos objetivos más que en un buen cuerpo de cámara.

En la fotografía digital, el cuerpo de la cámara cobra mayor importancia porque alberga el sensor. Sí, ...el tamaño importa. En una cámara digital, el tamaño del sensor marcará la calidad de la imagen, más que los megapixels de resolución. Es mejor un sensor grande con menos megapixels que un sensor pequeño con más megapixels. La Nikon D200 ofrece 10.2 megapixels de resolución con un sensor APS de 23.6x15.8 mm. La Canon G10 dispone de 14.7 megapixles con un sensor de 7.6x5.7 mm. Ambos modelos son de buena calidad, pero las imágenes de 10 megapixels superan claramente los 14.7 megapixels del sensor pequeño.

3.2. ¿Cúal es la diferencia entre los objetivos caros y los baratos?

Los objetivos caros suelen ser aquellos cuya apertura máxima es f/2.8 o mayor f/2, f/1.8, etc. Un diafragma más abierto permite que (i) la imagen que vemos por el ocular es más clara, se ve mejor y (ii) permiten disparar a velocidades más altas porque les entra más luz. Para un profesional es importante que una imagen no salga movida por utilizar una velocidad demasiado lenta y por ello normalmente van a por este tipo de objetivos. Además un objetivo caro tiene las lentes revestidas de capas que reducen los reflejos de la luz y/o están construidos con cristales de mejor calidad (nanocristal, fluorita, etc.) que producen imágenes más nítidas y con mayor contraste. Finalmente, un objetivo caro suele ser metálico o construido con plásticos de buena calidad para aguantar golpes o un trato más duro. Los baratos suelen estar construidos con plástico de calidad media o baja.

Todo son ventajas en los objetivos caros hasta que llegamos al tamaño/peso y, por supuesto, al precio. Los objetivos luminosos son grandes y pesados y normalmente presentan una relación calidad/precio muy baja, pero si busca calidad de imagen, esta será la penitencia que tendrá que sufrir. Los "defectos" de un objetivo son más visibles conforme más aumentos tenga el objetivo. En un gran angular (por ejemplo un 28mm) esos defectos se notarán menos que en un tele-objetivo de 200mm. Si no tiene presupuesto para tener un super equipo profesional, invierta menos en focales de hasta 50mm y gastese el dinero en focales que sobrepasen esos 50mm (si los necesita). De una cosa estamos seguros, el día que pruebe un buen objetivo ya no querrá volver a los objetivos baratos.

3.3. ¿Objetivos zoom o de focal fija?

La focal fija normalmente ofrecerá más calidad que un objetivo zoom. Antiguamente solo se utilizaban focales fijas porque la tecnología zoom estaba poco desarrollada y sus resultados eran malos. Actualmente, los objetivos zoom son mucho mejores, sobre todo si hablamos de esos objetivos caros f/2.8. El principal inconveniente de usar objetivos fijos es que limitan la rapidez de actuación (si es que la necesitas), mientras que un zoom permite encuadrar modificando rápidamente la focal. Hoy día, la inmensa mayoría de los fotógrafos, profesionales o amateur, utilizan objetivos zoom por esta razón, mientras que la focal fija queda restringida a la publicidad y la moda. Sin embargo, piense que la mayoría de esas grandes fotografías del siglo XX, que aparecen en todos los libros, fueron tomadas con objetivos fijos de 35mm, 50mm y 85mm. La calidad y la comodidad todavía no son compatibles en el mundo de la fotografía.

 
Quienes somos Contacto - Literatura - Enlaces - Reparación